El organismo necesita yodo para cumplir con funciones fundamentales, como la producción de hormonas tiroideas. Ahora bien, el cuerpo humano sufre de distinta manera por exceso o por falta de yodo. En particular, siempre es un índice a tener en cuenta para bebés y mujeres embarazadas.
Este mineral se encuentra de diversas maneras en la naturaleza, entre ellas, hallamos yodo en frutas y verduras. Como dijimos, el cuerpo lo necesita, ya que son las hormonas tiroideas las que ayudan a desarrollo de los huesos y el cerebro durante el embarazo y la primera infancia. Por eso es importante su registro para nuestra salud.
Ahora bien, en caso de que no consumamos suficiente yodo, ¿qué le puede suceder al organismo? Evidentemente, no pueden producir cantidades suficientes de la hormona tiroidea. Sin alarmar, diremos que, en el caso de embarazos, podría provocar retrasos en el crecimiento o daños permanentes al feto. Además, la falta de este mineral podría causar coeficiente intelectual menor al promedio.
No obstante, la cantidad diaria de yodo que necesitamos se encuentra en varios productos, como la conocida sal yodada. También se puede hallar en pescados, algas marinas o mariscos. Asimismo, también se encuentra en productos lácteos como leche, yogur y queso. En caso de que se detecte exceso de yodo, esto podría provocar síntomas como el aumento del bocio (glándula tiroidea).
Si vamos a las verduras, destacamos tres que se destacan por su alto nivel de yodo. El brócoli, las acelgas y los espárragos contienen un buen nivel de yodo para ayudar a nuestro organismo. También hay suplementos dietarios que contienen una dosis ajustada de yodo (viene en presentaciones de yoduro de potasio o yoduro de sodio). Pero para eso recomendamos una consulta médica con el especialista en nutrición, que sabrá cómo guiarnos para ajustar los minerales que debemos consumir.