La leche es uno de los alimentos más nutritivos de la pirámide alimenticia. La consumimos desde que venimos al mundo y la usamos para preparar la mayoría de nuestras comidas, sean dulces o saladas. Pero desde hace varios años se ha instalado en la sociedad un mito que asegura que el consumo de leche es perjudicial para el ser humano, es por eso que en el siguiente artículo responderemos la siguiente pregunta: ¿Qué le pasa a mi cuerpo si tomo leche todos los días?
La leche se destaca por aportar una variedad de nutrientes para el ser humano, que representan importantes beneficios para la salud. El principal de ellos es el calcio, un mineral esencial en la composición de los huesos del cuerpo. Pero con la aparición de leches veganas, comenzó a abrirse el debate sobre los efectos secundarios que las leches de origen animal podrían provocar en nuestro cuerpo.
La leche y sus derivados como el queso, contienen cantidades significativas de vitamina B12, la cual tiene múltiples propiedades para el cuerpo, siendo además uno de los compuestos que favorecen la formación de glóbulos rojos en la médula ósea. Entre otras vitaminas, estos productos se caracterizan por la presencia de vitamina D, que posibilita la absorción y utilización del calcio en el organismo.
Además, la leche proporciona entre un 10 y un 15 por ciento de la ingesta diaria recomendada de vitaminas del complejo B, que participan en varias rutas metabólicas como la síntesis de hormonas y la obtención de energía a partir de los nutrientes. Las más destacables son la B12 y la rivoflavina. Es por eso que llegamos a la conclusión de que el consumo de leche es primordial para el desarrollo óptimo del cuerpo humano.
Algunos especialistas recomiendan consumir leche en el desayuno. De esta forma le estaremos aportando a nuestro organismo todos los nutrientes necesarios para soportar la larga jornada que nos espera por delante. Además, estaremos protegidos ante la radiación solar y la luz de las pantallas gracias a la vitamina A que contiene. Además, al salir a la calle y exponernos directamente a la vitamina D del sol, nuestro organismo absorbe mucho mejor el calcio del desayuno. Iniciar el día con un buen vaso de leche es muy recomendable, sobre todo, para los niños y jóvenes en periodo de crecimiento.