Los japoneses, reconocidos por su longevidad y salud, nos brindan una vez más sus sabidurías culturales, destacando el método Hara Hachi Bu como una práctica habitual en su alimentación. Este enfoque no solo busca mantener el peso adecuado, sino también promover efectos rejuvenecedores. Hara Hachi Bu, aunque no tenga una traducción literal, se podría interpretar como "80% lleno", reflejando la esencia de la regla: detenerse al alcanzar el 80% de saciedad en lugar de consumir hasta sentirse completamente satisfecho.
¿Qué es el Hara Hachi Bu?
En la filosofía del método Hara Hachi Bu, la palabra "Hara", que se traduce como "panza", se combina con "Hachi Bu", que significa "lo que quieres comer". Este término encapsula la idea de no sobrecargar el estómago y poner límites conscientes a la cantidad de alimentos ingeridos. Los japoneses adoptan la regla del 80%, una guía simple que les indica cuándo detenerse durante las comidas, asegurándose de no caer en el hábito común en las sociedades occidentales de comer hasta la saciedad completa.
La esencia del método Hara Hachi Bu se basa en un principio científico respaldado: el retraso en la señal de saciedad. Se ha demostrado que esta señal puede tardar entre 15 y 20 minutos en llegar al cerebro. Siguiendo esta premisa, el método japonés aboga por la moderación, reconociendo que, aunque sintamos que podríamos comer más, es posible que ya estemos completamente satisfechos, pero la señal aún no ha llegado al cerebro.
Implementar el método Hara Hachi Bu implica un cambio de perspectiva respecto a la alimentación. En lugar de esperar a sentirse plenamente lleno, se fomenta la práctica de detenerse cuando se está casi satisfecho, dejando un pequeño espacio para un bocado más. Esta práctica, arraigada en la cultura japonesa, no solo contribuye al mantenimiento del peso, sino que también promueve una conexión más consciente con la alimentación y sus efectos en el cuerpo.
El Hara Hachi Bu no solo es una regla alimentaria, sino una filosofía que abarca la moderación, la conciencia y la salud. Adoptar este método puede influir positivamente en la relación con la comida, contribuyendo a una vida más equilibrada y satisfactoria. La clave reside en reconocer que la verdadera saciedad va más allá de la sensación momentánea, y en aprender a escuchar a nuestro cuerpo con atención para nutrirlo de manera consciente y saludable.