El retinol es uno de los principios activos más eficientes en la lucha para combatir los signos generados por el paso del tiempo. Sin embargo, también puede resultar muy potente y agresivo para la piel. Por esto, es necesario conocer todos sus efectos para evitar sufrir consecuencia indeseables. Descubre a continuación por qué no debemos excedernos en su uso.
Si bien el retinol aporta grandes beneficios al cutis, su uso debe ser moderado. Este principio activo puede deshidratar la piel y darle un aspecto tirante. Además, también puede generar descamaciones localizadas.
La irritación es otra de las consecuencias negativas del exceso de uso de retinol. Tu piel mostrará enrojecimiento y zonas irritadas que pueden picar o dolor. También debemos agregar que estamos hablando de un producto fotosensible, por lo que si no lo acompañas con protección solar durante el día, pueden aparecer manchas.
Cómo utilizar retinol de forma segura
Para iniciar con su uso, comienza con un cosmético que tenga un concentración baja de este principio activo. Puedes ir aumentándolo a medida que pase el tiempo y veas que tu piel se adapta y lo tolera.
- Empieza aplicándotelo una vez por semana y con una capa fina de crema hidratante debajo. Una vez que notes que tu piel se acostumbra a su uso, puedes ir aumentando la frecuencia. De todas maneras, nunca se recomienda utilizarlo en días consecutivos.
- Combínalo con principios activos que estén indicados para contrarrestar la irritación. La niacinamida es un buen ejemplo. Nunca intentes mezclarlo con ácidos exfoliantes o vitamina C.
- No lo utilices en la zona del contorno de ojos ni cerca de la boca.
- Aplica el retinol durante la rutina de noche y no olvides la protección solar necesaria durante el día.
- Si conforme al paso del tiempo, observas efectos adversos, regresa a la concentración más baja del producto y a espaciar su uso hasta que la piel se adapte. Si no ves ningún tipo de mejora, suspéndelo y consulta con un especialista.