Pese a que durante un tiempo los frutos secos han tenido cierta mala fama, ya que al ser altamente calóricos muchas personas optaban por eliminarlos por completo de la dieta, lo cierto es que su consumo es más que recomendable. De hecho, no solo no hay que desterrarlos por completo de la alimentación, sino que deberíamos consumirlos a diario. Los frutos secos tienen, pues, numerosas propiedades que los convierten en alimentos de primera para incluir en una dieta variada y equilibrada.
En general, los frutos secos son una buena fuente de proteína. Contienen entre el 10 y el 26 %, pero además, se destacan poseer arginina, un aminoácido que da lugar a la formación del óxido nítrico, compuesto que favorece el buen tono muscular en la pared de las arterias y que disminuye el riesgo de hipertensión arterial, según el portal especializado en salud, Cuerpo y Mente.
Un estudio realizado por la Universidad de la Américas, México, señala que los frutos secos son buenos gracias a su contenido de ácido fólico y también de Lisina (otro aminoácido), que previene los problemas vasculares. Además, tienen la posibilidad de prevenir ciertas enfermedades como la obesidad, cardiopatía, diabetes tipo II y aquellas relacionadas con la ingesta deficitaria de macronutrientes, fitonutrientes y oligoelementos.
En su composición natural, los frutos secos, ofrecen un 50 % de agua, pocos hidratos de carbono, pero mucho fósforo, proteínas, oligoelementos y omega-3. El aporte de minerales, además, es notable, especialmente de magnesio, cobre, potasio y selenio, este último es abundante en las nueces. Por su parte, las almendras destacan por su contenido en calcio, que las convierte en un alimento alternativo a los productos lácteos: 60 g de almendras proporcionan 150 mg de calcio (como un vaso de leche), y aportan el doble de proteínas que un yogur, según el portal Cuerpo y Mente.
La ración recomendada habitualmente es “un puñado”, lo que traduce a unos 30 gramos sin cáscara. Existe una cualidad de cada fruto seco para cada problema de salud, por ejemplo, las nueces reducen el colesterol, las almendras proporcionan energía para el cuerpo, el maní contribuye para el cerebro. Por otra parte, los frutos secos poseen estas propiedades: Protegen el corazón, ayudan a regular la flora intestinal, previenen la osteoporosis y son favorables para las mujeres en el período de la menopausia.