Los beneficios para el cuerpo y la mente de tomar una ducha de agua fría son numerosos y van más allá de la circulación sanguínea y la tonicidad de la piel, como muchos suelen creer. La marca Clarins, creada por Jacques Courtin Clarins, recomendaba esta práctica a sus nietas desde que eran pequeñas. Además, según los expertos de la clínica de bienestar SHA Wellness Clinic, la exposición al frío fortalece el sistema inmunológico, mejora la calidad del sueño y del estado de ánimo.
Para aquellos interesados en iniciarse en las duchas frías, el equipo de expertos de SHA Wellness Clinic recomienda empezar con duchas de 30 segundos durante 5 días, aumentando gradualmente el tiempo hasta llegar a 10-15 minutos de exposición al frío. Para que la ducha fría sea efectiva, es importante que el agua fría cubra todo el cuerpo y produzca una activación total.
Además, la gestión de las emociones a través de la respiración es una parte importante para convertir las duchas frías en un hábito reconfortante. Los expertos recomiendan visualizar la experiencia para ayudar a la gestión de expectativas y activar el sistema nervioso parasimpático. La respiración también es clave y se puede empezar con un ejercicio de respiración nasal consciente. Es importante ser consciente de cuándo se respira por la boca y corregirlo, y se puede empezar con inspiraciones de 3 segundos y expiraciones de 3 segundos, aumentando gradualmente el tiempo.
Los beneficios de tomar duchas frías
Además de fortalecer el sistema inmunológico, mejorar la calidad del sueño y del estado de ánimo, la ducha fría tiene otros beneficios físicos y mentales. Por ejemplo, reduce el estrés, mejora la concentración y la energía, alivia el dolor y la inflamación muscular y mejora la circulación sanguínea. También se ha demostrado que ayuda a combatir la depresión y la ansiedad.
Otro beneficio de las duchas frías es que pueden ayudar a perder peso. Cuando el cuerpo se expone al frío, aumenta la producción de la hormona adiponectina, que ayuda a quemar grasa y aumenta el metabolismo. Además, la exposición al frío mejora la sensibilidad a la insulina y reduce los niveles de glucosa en sangre.
Sin embargo, también es importante tener en cuenta que las duchas frías no son recomendables para todos. Las personas con problemas cardíacos o circulatorios, hipotensión o problemas de tiroides deben evitarlas. También se deben evitar si se tiene fiebre o cualquier enfermedad infecciosa.